lunes, 28 de junio de 2010

El G20 concluye con acuerdos fiscales y sin mencionar el yuan

La principal medida surgida del encuentro del G20 en Toronto (Canadá) ha sido la reducción del déficit público de los estados y su priorización, tanto en Europa como en los países desarrollados. La reducción del déficit público se hará teniendo en cuenta la situación propia de cada país.
La aceleración del crecimiento de la economía es la clave y se busca estabilizarlo sobre bases sólidas.
Los países se comprometen a reducir a la mitad sus déficits públicos en 2013 y reducir el peso de la deuda del estado con respecto al PIB empezando en 2016. Las ayudas fiscales para reactivar la economía se reducirán a los ya existentes y se podrán mantener hasta 2011, pero no se espera aprobar nuevos estímulos.
Sin embargo, los países emergentes con superávit, como China, no estarán sujetos a este tipo de exigencias sobre déficit y muchas de las medidas están matizadas por la coletilla “adaptadas a la situación y necesidades de cada país”. Muchos analistas comienzan a ver en tales especificidades una quiebra de la coordinación en las respuestas que se había producido al principio de la crisis entre los países del G20.
El borrador inicial de la declaración final incluía una referencia al yuan, saludando positivamente la medida adoptada por el Banco Popular de China el pasado día 19 para flexibilizar el RMB. Pero el texto final eliminó tal referencia sustituyéndola por una fórmula más general: “Las economías emergentes con superávit tomarán las medidas oportunas según las circunstancias de cada país”, una fórmula que es más del agrado de Pekín.

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