jueves, 20 de agosto de 2015

martes, 18 de agosto de 2015

Una contribución balear a la economía naciona: Fijos-Discontinuos.

expansion.com

PARA COMBATIR LA ESTACIONALIDAD/ El Ministerio de Empleo bonifica un 50% de las cotizaciones sociales de los trabajadores fijos discontinuos que mantengan su trabajo en febrero, marzo y noviembre.


lunes, 17 de agosto de 2015

Lo que para mí es la economia

Para algunos, como para mi, la economía es tanto una vocación como una disciplina, un trabajo y una terquedad. Pep Ignasi Aguiló

viernes, 14 de agosto de 2015

A la izquierda se le escapa la economía

El nuevo panorama político balear está dominado por una amalgama de izquierdas que, si bien ha ofrecido dejar atrás las políticas y a los dirigentes de derechas, no ofrece nada concreto en materia económica. Algo que se convierte en un auténtico problema, pues a los gobiernos -tanto de izquierdas como de derechas- les suele resultar muy difícil llevar a cabo acciones que mejoren las posibilidades de crecimiento económico, mientras que les resulta tremendamente fácil la acción contraria. En este sentido la derecha ofrece, aunque no siempre llegue a realizarlo, un paquete económico creíble, ensayado con resultados adecuados, que se puede resumir en la racionalización del gasto público y en la realización de las reformas que faciliten la correcta asignación de recursos entre los diferentes sectores. Estas ideas están enraizadas en la teoría económica dominante desde los tiempos de Smith, hace casi 250 años.

Por el contrario, el paquete económico de la izquierda no está diseñado, no se apoya en ninguna teoría conocida, ni está ensayado con éxito en ningún lugar. Más bien todo lo contrario. Su único fundamento es el rechazo sentimental a las políticas de la derecha; convirtiéndose, así, más en una reacción que en una verdadera alternativa.

No hay un conjunto de propuestas coherentes e inteligibles que se pueda ir concretando más allá de unos discursos sucedáneos y defensivos. De ahí que vayan apareciendo temas deshilvanados que tocan la economía de forma colateral, pero cuya lógica no se encuentra en consideraciones económicas. El cierre de terrazas, la limitación de turistas, la moratoria a nuevos comercios, los impuestos al visitante, las restricciones de licencias, el tren, la creación o refundación de nuevos organismos y el aumento sin límite del gasto público con su correspondiente “Madrid nos ahoga”, no tienen su origen en un programa económico articulado, sino en consideraciones políticas o de orden ideológico. La izquierda balear, desde la perspectiva económica, es un páramo sin estrategia ninguna que busca desesperadamente ideas, como las señaladas, en el cajón de sus socios más populistas. La ciencia económica es un obstáculo para su ideología, como lo demuestra buena parte de la lucha que han librado con las recetas de los organismos internacionales y contra los propios economistas. Por supuesto, no son conscientes de que la mejor manera de llenar las arcas del Estado es el crecimiento económico estable; tampoco lo son de las negativas consecuencias de la inadecuada política, a pesar de su propia experiencia pasada.

El euro impedirá muchos desmanes, aunque nuestro crecimiento económico será inferior al que sería con buena política. 
Y mientras pondrán más énfasis en políticas de tercer nivel centradas en la tauromaquia, la jardinería, el cierre de un colegio católico... ¿Populismo?

ultimahora.es

domingo, 2 de agosto de 2015

La economía de Valldemossa

Vallemossa, una población de poco más de 2.000 habitantes situada a unos 20 km de Palma de Mallorca es un auténtico centro económico.

Su economía está basada en el gran atractivo de su paisaje, arquitectura integrada y, en contar con el importante monumento de la Cartuja que ha contado con la visita de relevantes personalidades internacionales. 

Los valldemossins han sabido convertir esas visitas en un reclamo turítico de primera magnitud. El Archiduque Luís Salvador de Austria, Rubén Dario príncipe de las letras castellanas, Santiago Rossinyol poéta, pintor e intelectual catalán, y, sobre todo, Frederich Chopin el mago de la música clásica romántica y su controvertida compañera George Sand. Convertidos todos ellos en el mayor reclamo de la localidad, transformando a la Cartuja en una catedral que resulta imposible no conocer.

El atractivo del pueblo se complementa con el bollo típico: ses coques de patates, realizado en establecimientos como Can Molinas y algunos otros. La fama del bollo, gracias a los numerosísimos turistas internacionales que visitan la localidad, se ha llegado a convertir en un emblema conocido en medio mundo.

Además, hay otro atractivo que contribuye a crear del bellísimo entorno un auténtico mito. La pensión Can Mario, que ahora es sólo restaurante en donde se sirve una más que excelente cocina tradicional mallorquina desde hace más de 150 años, y que ha sido visitado por todo tipo de viajeros ilustres.

Con todos estos ingredientes y algunos más el municipio ha adoptado muchas decisiones novedosas que han resultado sumamente acertadas, como el mantenimiento del estilo arquitectónico tradicional, un mobiliario urbano para las muchas terrazas de sus cafés homologado y de celebración de efemérides tradicionales de elevada categoría y buen gusto.

Al calor de todos estos atractivos se ha montado toda una industria comercial, de restauración y hotelera muy potente que atrada cada día a miles de visitantes que llegan en los muchos autocares que tienen allí su destino, o bien en los numerosos coches de alquiler que siempre encuentran un lugar de aparcamiento habilitado por el propio ayuntamiento.

El estacionamiento de autocares y automóviles está sometido a unas tarifas cuya modulación permite evitar fenómenos de saturación. Tarifas, que además, constituyen una importante fuente de ingresos para la comunidad. Así, el ordenamiento de autocares y coches resulta satisfactorio.

El exitoso grupo musical Los Valldemossa también hizo su importante aportación durante los años sesenta y seteinta dando a conocer la localidad en toda España y también en el extranjero, coincidiendo con el despertar del llamado boom turístico de Baleares.

La totalidad de los comercios de la zona están orientados a los turistas con objetos típicos o no, pero siempre dentro de los cánones del buen gusto. Incluso el único supermercado abierto, vende buena parte de sus productos a los visitantes, lo que le permite una muy racional discriminación de precios, pues los productos dirigidos a los habitantes locales se venden a precios competitivos, mientras que tiene precios más elevados.

No hay ningún comercio orientado por compelto al público local, por lo que, quizás, se podría pensar en que hay "nicho de mercado" para alguno, tal como se comenta en algún circulo del pueblo.

Los bares y restaurantes están muy diferenciados en función si están dedicados a los turistas o al público residente, estos últimos con precios más moderados y una oferta más tradicional.

Por otro lado, hay un tipo de visitante que parece que ha dejado de acudir al pueblo: los palmesanos y residentes en el resto de Mallorca que durante mucho tipo tuvieron en Valldemossa un lugar de esparcimiento y de encuentro en sus cafés y restaurantes. 

.....

El futuro de Valldemossa parece asegurado, ya que, si bien, como en otras localidades existe un cierto fenómeno de "barrio dormitorio", éste parece pequeño y controlado. La localidad tiene vida propia ...

Las Baleares deben un reconocimiento a los habitantes, al empresariado y al Ayuntamiento de Valldemossa al constituir un ejemplo de contrucción de una economía propia, sólida, sostenible y muy integrada en el paisaje y el paisanaje.