martes, 27 de octubre de 2015

Keynes visitó la URSS

Keynes visitó la URSS en 1925, en la etapa de la NEP, junto a su esposa, la bailarina rusa Lidia Lopokova que actuó de interprete de lujo.

Para Keynes el comunismo leninista era antes que una forma de organización económica, una auténtica religión. Una religión en la que una minoría de fanáticos propagandistas se dedicaba a perseguir sin justicia ni piedad a quienes se resistían activamente.

El comunismo -decía- quita el color, la alegría y la libertad a la vida cotidiana y ofrece un triste sustituto en los rostros inexpresivos de los devotos

En cuanto técnica económica, Keynes pensaba, que el comunismo todavía no estaba definido, había sufrido muchos cambios en poco tiempo, y continuaba siendo básicamente experimental, basado en el ensayo y el error.

Se había actuado sobre precios y salarios en contra del campesino y a favor del proletariado urbano e industrial, lo que generaba ineficiencias, desincentivando la producción agraria y acelerando excesivamente la emigración hacia a las ciudades.

Pese a su bajo nivel de eficiencia económica, consideraba que el sistema funcionaba y poseía elementos de permanencia, es decir, el estado soviético no era tan ineficiente como para no poder sobrevivir.

En cualquier caso, para John Maynard si el comunismo lograba cierto éxito entre las masas, sería como religión y no como técnica económica mejorada, pues como tal no contenía ningún elemento útil.

Sin embargo, en el terreno religioso si podía tener éxito, pues el capitalismo moderno era sólo un montón de propietarios y arribistas y carecía de unidad interna y espíritu público, por lo que para sobrevivir no sería suficiente con un éxito moderado, sino que necesitaba de un éxito intenso.

Una década más tarde, a mediados de los años treinta, la actitud de Keynes respecto al comunismo fue algo más favorable. Cuando elogió el libro del matrimonio Webb de 1935 "Comunismo soviético: ¿Una nueva civilización?", de forma implícita Keynes parecía dar también su aprobación a los resultados de la planificación económica centralizada,que aún no se habían puesto en práctica en su visita de 1925.

Ahora (en la década de los treinta) considera que estamos asistiendo al mayor experimento jamás intentado por unos administradores desinteresados. Los innovadores rusos han superado ya tanto la etapa revolucionaria como el período doctrinario.

Aunque siempre defendió las ventajas del individualismo y el ejercicio de la iniciativa y responsabilidad privada.


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